jueves, 18 de diciembre de 2014

LOS ERRORES COMUNES DEL CASTELLANO

Tiene fama Valladolid de ser la zona del mundo donde mejor se habla castellano, sin embargo es una zona laísta y leísta, como casi toda Castilla, Cantabria y Madrid. Reconozco que, por mi origen, me cuesta emplear correctamente estas formas y no caer en errores propios de leístas y mucho menos aún de laístas.

El laísmo es el empleo de las formas “la” y “las” del pronombre ella para dativo en función de objeto indirecto para referentes del género femenino, en lugar de las formas estándar "le" y "les". La lengua castellana mantiene la antigua declinación latina y el uso de los casos latinos en los pronombres personales, mientras que la evolución de la lengua castellana tiende a la eliminación total de los casos latinos. Las variantes laístas han profundizado en esta tendencia y neutralizan la diferencia entre el complemento directo (acusativo) y el complemento indirecto (dativo) en favor de la distinción de género. El “le” como complemento indirecto es ambiguo y para eliminar dicha ambigüedad se utiliza un segundo pronombre con preposición: “Le dije, a él/ella”. Por lo tanto, el deseo de matización del género por parte del hablante propicia su uso incorrecto.

El leísmo es el empleo de las formas “le” y “les” para el complemento directo cuando el pronombre representa a personas, es decir, es la sustitución de los pronombres personales “lo” y “la” por “le” en la posición de complemento directo y en los verbos que tradicionalmente rigen el caso acusativo, (también llamados verbos transitivos), siendo el más frecuente y extendido para el caso singular masculino y personal, (el único admitido, aunque no recomendado, junto con el leísmo de cortesía y de contacto). Cabe destacar que dos literatos de la talla de Miguel Delibes o Gonzalo Torrente Ballester han sido reconocidos leístas.

Existe un tercer error relacionado con ambos. Es el loísmo y es la  sustitución del pronombre personal "le" (que representa generalmente al objeto indirecto) por "lo". Este fenómeno está considerado como vulgarismo por la R.A.E. y es un error en el que se puede llegar a caer cuando se está intentando corregir el leísmo.

Otro error localizado principalmente en Euskadi, La Rioja y la parte Oeste de Castilla y León, es conjugar mal el tiempo verbal en las oraciones condicionales, utilizando el Condicional Simple o Compuesto en lugar del Pretérito Imperfecto o Pluscuamperfecto de Subjuntivo, utilizando formas incorrectas como “si sería” en lugar de “si fuese”, conocido como prótasis del Condicional Simple o Postpretérito. En la zona de Madrid es frecuente el uso incorrecto del imperativo singular del verbo ir, (“ves” en lugar de “ve”), y en los casos más extremos también con los verbos dar, caer o traer. Y en Andalucía se sustituye “usted/es” por tú/vosotros, conjugándolo en segunda persona en lugar de en tercera, (“ustedes estáis” en lugar de “ustedes están”).

Deslocalizando errores, el dequeísmo es bastante común en todo el país. Consiste en la utilización no normativa de la preposición "de" junto a la conjunción "que" en oraciones sustantivas (de objeto directo). Es un anacoluto (un cambio repentino en la construcción de la frase que produce una inconsistencia) que deriva del cruce de dos estructuras sintácticas, la de complemento directo y la de una oración subordinada. A partir de este error suele surgir el contrario, el “queísmo” o “dequefobia”, que consiste en no utilizar la preposición “de” delante de una frase subordinada que comienza por “que” cuando es necesaria por miedo a caer en el dequeísmo.

También son bastante comunes errores como añadir una “s” al final de la segunda persona del singular del pretérito indefinido, (“vinistes” o “acabastes” en lugar de “viniste” o “acabaste”), dar órdenes en infinitivo en lugar de en imperativo plural, (“ir”, “venir” o “acabar” en lugar de “id”, “venid” o “acabad”), terminar los participios de los verbos de la primera conjugación en “-ao” o “-au” en lugar de en “-ado”, utilizar determinantes masculinos delante de sustantivos femeninos que comienzan por “a” tónica (“este agua”, “ese águila” en lugar de “esta agua”, “esa águila”), pronunciar las palabras terminadas en /d/ como /z/, pronunciar la /s/ como /z/ (ceceo), la /z/ como /s/ (seseo) o la elle como “y” (yeísmo), conjugar incorrectamente el verbo satisfacer, (que se conjuga como el verbo hacer), o el Pretérito Perfecto Simple de los verbos andar, caber y los terminados en –traer (atraer, retraer, retrotraer, sustraer y traer) y –ducir (aducir, conducir, inducir, seducir, producir, reproducir, seducir y traducir), modificar el acento de ciertas palabras como apoplejía, avaro, caracteres, cuadriga, electrólisis, espécimen, fluido, libido, retahíla o zenit, entre otras muchas, o pronunciar mal ciertas palabras como taxi, espurio, croqueta, tortícolis, trastorno, prejuicio, barajar, idiosincrasia, sarpullido, ineptitud, esparadrapo, helicóptero, fortísimo, popurrí, pobre, restricción, mahonesa/mayonesa, así como las formas verbales “viniste” o “haya”, entre otras muchas, por citar las más frecuentes.

Otros errores se basan en ciertas concreciones. Así, “detrás mío, tuyo o suyo” es incorrecto pues los adverbios de lugar sólo pueden ir seguidos por una preposición y un pronombre personal (detrás de mí, de ti, de él) nunca por un pronombre posesivo. Completamente gratis es incorrecto, puesto que nada es parcialmente gratis. “Más mejor” y “más mayor” son incorrectas por redundancia, (salvo que sea un adjetivo en grado positivo). El verbo “preveer” no existe, es un engendro producto de la mezcla de los verbos prever y proveer. El gerundio de posterioridad es incorrecto, puesto que el gerundio expresa simultaneidad o anterioridad respecto a la acción del verbo principal de la frase. Valorar positivamente es una redundancia y valorar negativamente es un oxímoron, porque cuando se valora ya se está reconociendo el valor o mérito de algo o alguien.

Hay otros errores frecuentes como son las construcciones “en base a” y el galicismo “sustantivo + a + infinitivo”, ciertas redundancias repetitivas (pleonasmos) y ciertas locuciones latinas (la alma máter, grosso modo, statu quo, motu proprio, cum laude…) que se utilizan de forma incorrecta, aunque mucho me temo que la RAE acabe dando cabido a dichas formas incorrectas pues, al fin y al cabo, ya reconoció con anterioridad engendros como almóndiga, arrascar, asín, hacera, interromper, madalena, perene, podrirse, pretensioso, prolífero, rencontrar, rosalera, setiembre, somnámbulo, soñolencia, trasgredir, ubiquidad, vagamundo, ovio, vapular o zabullirse, entre otras.


Pensándolo bien, con estos antecedentes y aunque alguien me pueda tildar de vulgar, el leísmo y el laísmo son errores que de ser incorporados como norma modernizarían el idioma, pues es más lógico utilizar el pronombre en su forma de género que en función de su evolución desde el latín como pasa en algún otro idioma de origen latino y en inglés, por citar algún que otro ejemplo. Se convertiría así en una lengua más precisa y moderna, aunque ahora nos suene mal.

jueves, 4 de diciembre de 2014

LA NIEBLA ATMOSFÉRICA

Valladolid, en invierno, lo tengo asociado a la niebla. Recuerdo que en mi primer año de Bachillerato, que lo cursé allí, la práctica totalidad de la temporada invernal estuvo marcada por una permanente niebla que aparecía según caía la noche y que no desaparecía hasta bien entrado el día. Incluso tuvimos bastantes días en los que la niebla nunca desapareció.

En esos días de invierno, solía bajar yo solo al patio del colegio, aprovechando la entrada de la noche, con el balón de baloncesto a tirar unos tiros a canasta y a hacer jugadas imaginarias, para evadirme un rato de la eterna compañía de mis compañeros y acompañarme de esa cortina de partículas de agua en suspensión. Era la forma que tenía de desconectar de las clases, las horas de estudio y las diversas actividades a las que estábamos obligados. Alguna que otra vez, la niebla era tan espesa que desde una canasta no se alcanzaba a ver la otra y eso que un campo de baloncesto tiene una longitud de unos 26 metros. Tras ese año, no volví a vivir en Valladolid hasta la época universitaria, (cuatro años después), pero durante ese periplo de algo más de seis años, aunque la niebla solía aparecer en muchos días de invierno, ya no era omnipresente como cuatro años atrás. La verdad es que no recuerdo haber visto una niebla tan densa, y eso que en mi ciudad natal la niebla es un fenómeno muy frecuente en invierno, hasta mi segunda estancia en la ciudad china de Chongqing, (por razones de trabajo), donde estuve casi un mes sin ver el suelo desde la ventana de mi habitación sita en la planta 20 del hotel donde nos alojábamos. Curiosamente, estas tres localidades citadas están ubicadas en un valle fluvial donde se produce la desembocadura de un afluente en la misma ciudad. En Chongqing, el río Yangtsé recibe las aguas del río Jialing; en Valladolid, el río Pisuerga recibe las aguas del río Esgueva y en Aranda, el Duero recibe aguas de los ríos Arandilla y Bañuelos.

En general, en tierras de Castilla, la niebla es un fenómeno bastante presente en las temporadas más frías del año en forma de bancos aislados. Esto se debe a que la orografía de Castilla es la de una meseta, es decir, una llanura extensa situada a cierta altitud sobre el nivel del mar, en este caso entre 600 y 800 metros, y que en la submeseta norte, (Castilla y León principalmente), toda la cuenca del Duero ha erosionado el terreno creando sucesivos valles de gran amplitud, separados por extensos páramos. Por ello es frecuente la presencia de la conocida como niebla de valle que se forma, tal y como su nombre indica, en los valles, normalmente durante el invierno. Es el resultado de la inversión de temperatura causada por el aire frío que se asienta en el valle y el aire caliente que pasa por encima de éste a lo largo de los páramos. Se trata básicamente de niebla de radiación confinada por un accidente orográfico y puede durar varios días si el tiempo está calmado, pues se forma normalmente en situaciones anticiclónicas en invierno.

En el caso de las ciudades citadas, aparte de la niebla de valle, que sería la más presente, se puede encontrar la presencia de niebla de vapor que se da cuando el aire frío se mueve sobre aguas más cálidas. El vapor del agua entra en la atmósfera por procesos de evaporación y la condensación se da cuando se alcanza el punto de rocío. Este suceso es común al final del otoño y principio del invierno y se necesita de importantes masas de agua.

Según la Organización Meteorológica Mundial, la niebla atmosférica es la suspensión de gotas pequeñas de agua en el aire, normalmente de tamaño microscópico, que reduce la visibilidad horizontal en la superficie terrestre a menos de 1 km. Si la visibilidad es de entre uno y diez kilómetros, se denomina neblina. Para que se forme niebla, de la naturaleza que sea, la humedad relativa ha de alcanzar el 100% y la temperatura del aire ha de bajar del punto de rocío del agua, lo cual causa que el agua se condense. Aparte de las ya comentadas nieblas de valle y de vapor, existen otros cinco tipos de niebla. La niebla de radiación que se da nada más anochecer en otoño en zonas templadas, la niebla de advección que se suele dar en la costa cuando masas de aire cálido se encuentra con masas de agua o tierras frías, la niebla de precipitación que se produce cuando llueve y el aire bajo las nubes se halla relativamente seco, la niebla de hielo que se forma en las zonas congeladas y la niebla de ladera que se forma cuando el viento sopla contra la ladera de una montaña condensándose la humedad al ascender en la atmósfera, motivo por el que las cumbres montañosas aparecen nubladas.

La niebla es un precioso fenómeno que ha dado fama a ciudades como Londres o San Francisco, aunque las cuatro veces que he visitado Pekín me encontrado con niebla más o menos densa. El caso de Londres se debe a la fama de personajes de ficción como Sherlock Holmes, Jack el Destripador o Dr. Jekyll y Mr. Hyde, que convivían con la niebla londinense en sus aventuras literarias. Sin embargo, esta niebla tenía su origen en la combustión del carbón que se utilizaba como fuente de energía y para la calefacción de los hogares. En invierno de 1952, a partir de que Londres se quedara paralizada durante cinco días por una densa niebla de humo que mató a más de cuatro mil personas, el Gobierno británico prohibió la combustión de carbón y Londres dejó de ser una ciudad con niebla. El caso de San Francisco es diferente, ya que allí la presencia de niebla en verano es permanente. El origen de la formación de esta espesa niebla estival se debe a que el aire cálido y húmedo del océano Pacífico se abalanza sobre la corriente fría de California que fluye desde Alaska hacia el sur paralela a la costa. Este aire caliente y húmedo se enfría desde abajo, su humedad relativa aumenta y el vapor de agua se condensa a medida que avanza a través de la bahía o de la tierra formando la niebla de advección que provoca que los veranos de San Francisco sean secos y nada calurosos. De ahí que el escritor y humorista Mark Twain dijera que el invierno más frío que había pasado fue un verano en San Francisco.

La verdad es que gracias a la niebla me he encontrado con preciosas estampas como alguna que otra noche en París por los bohemios barrios de Butte-aux-Cailles, de Mouffetard o de Montmartre o alrededor de cualquiera de sus más célebres monumentos, he podido visualizar Curiel desde la montaña de enfrente y ver su castillo flotando por encima de las nubes, disfrutar de preciosas noches repletas de niebla en los cascos históricos de ciudades como Burgos, Santiago de Compostela, Madrid, Salamanca, Palencia, León, Cáceres, Toledo, Zamora, Pamplona o Segovia, de estar en el Teide por encima de la masa nubosa y recorrer la punta de Anaga (Tenerife) casi a tientas, aparte de diferentes rutas de montaña y de muchas noches en las tres ciudades que ya nombré al principio, (Valladolid, Aranda y Chongqing), entre las más significativas que ahora me han venido a la cabeza.


La niebla no deja de acompañarnos en agradables momentos, aunque los tengamos que disfrutar bien abrigados.

jueves, 20 de noviembre de 2014

EL MOVIMIENTO CARLISTA

Sólo conocí a mi abuela materna, ya que mi abuela paterna falleció cuarenta días después de mi nacimiento y tanto mi abuelo paterno como materno ya lo habían hecho con anterioridad, por lo que las únicas batallitas me las pudo contar ella, mi abuela María, aunque en el pueblo siempre la llamaron “Maruja”.

Cuando estaba con ella, me gustaba sacar el tema de la Guerra Civil, ya que a mi abuelo materno le pilló el golpe de Estado realizando el servicio militar por lo tuvo que combatir en la guerra y además tenía curiosidad por saber que pasó en su pueblo durante ese período, pues en la Castilla del 36 se “dio paseíllo” a todo aquel que fuera medianamente de izquierdas. La verdad es que a mi abuela no le gustaba mucho hablar del tema, pues en aquella época, cuando se daba el toque de queda, hasta un hermano suyo, Florián, la llegó a amenazar por asomarse a la ventana al grito de “Maruja, si no cierras la ventana disparo”. Políticamente, ella me simplificaba el conflicto de una manera muy banal, diciendo que falangistas y rojos se mataban a tiros unos y otros y que ellos estaban en el medio. Con “ellos” se refería a los “requetés”, que es como se definía por extensión a todos los carlistas, a pesar de que los requetés sólo fueron aquellos carlistas que  entraron en combate del lado del bando nacional. No lo he comentado con anterioridad, pero mi abuela era muy religiosa e iba a misa todos los días, algo que iba muy ligado al ideal carlista cuyos principios eran la defensa de la tradición religiosa y monárquica.

El carlismo fue un movimiento político tradicionalista y legitimista de carácter antiliberal y contrarrevolucionario surgido en España en el siglo XIX que pretendía el establecimiento de una rama alternativa de la dinastía de los Borbones en el trono español y que en sus orígenes propugnaba la vuelta a la monarquía absoluta, basado en la “legitimidad dinástica”, la tradición católica y la monarquía confederal y “por Dios, por la Patria y por el Rey” como lema. Surgió a partir de la derogación de la ley sálica (que impedía reinar a las mujeres) por parte de Fernando VII para asegurarse el reinado de su hija Isabel, propugnando la ley "agnaticia" (vigente actualmente en España) por la que las hijas se incluían en la línea de sucesión dinástica en función de su edad inmediatamente después del menor de los varones. El carlismo se oponía a ello y abogaba por que el heredero a la corona fuera Carlos María Isidro (hermano de Fernando VII) como Carlos V, en lugar de su hija Isabel, que reinaría como Isabel II. Estaba formado por el ala tradicional de la sociedad española de la época englobando a los denominados “apostólicos”, a los tradicionalistas y a la reacción antiliberal, es decir, a la Iglesia y la aristocracia principalmente, mientras que los partidarios de Isabel II (isabelinos) eran los partidarios de las reformas liberales-burguesas, surgidas como consecuencia de la Revolución Francesa y de la Revolución Industrial, que habían empezado a reorganizar la sociedad, tanto moral como materialmente, especialmente en las clases populares. Así, el carlismo tuvo escasa repercusión en las grandes ciudades, siendo un movimiento predominantemente rural.

El caso fue que el 29 de septiembre de 1833 murió el rey Fernando VII, lo que provocó el inicio de una guerra civil por la sucesión a la Corona entre los partidarios de Isabel II (isabelinos, también llamados "cristinos" por su madre que asumiría la regencia) y los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón o Carlos V como pretendiente a la Corona (carlistas), que sería denominada Primera Guerra Carlista. Duró casi siete años y dejó casi 200.000 muertos. El levantamiento carlista se produciría en todo el territorio nacional, siendo sofocado con facilidad en todas partes salvo en el País Vasco, Navarra y el antiguo reino de Aragón. En 1939, con el famoso “Abrazo de Vergara” entre los generales Baldomero Espartero (isabelino) y Rafael Maroto (carlista), se ponía fin a la guerra en el norte del país, aunque ésta duraría un año más por la resistencia del general carlista Ramón Cabrera en la zona levantina.

La Segunda Guerra Carlista se inicia en Septiembre de 1846, tras el fracaso de los intentos carlistas de casar a Isabel II con su primo y pretendiente carlista Carlos Luis de Borbón, (Carlos VI como aspirante a la Corona e hijo de Carlos María Isidro), que provocó un levantamiento popular en distinto puntos de Cataluña, extendiéndose el conflicto a Aragón, Navarra y Guipúzcoa. Bajo las órdenes del general carlista Ramón Cabrera, la contienda se caracteriza por acciones guerrilleras que no consiguen resultado, finalizando tres años después con la derrota carlista.

La Tercera Guerra Carlista se desarrolló en España entre 1872 y 1876 entre los partidarios de Carlos María de Borbón, (Carlos VII como aspirante a la Corona), y los gobiernos de Amadeo I, de la I República y de Alfonso XII. Los principales escenarios del conflicto de esta guerra fueron las zonas rurales del País Vasco, Navarra y Cataluña, con menor repercusión en zonas como Aragón, Valencia, Castilla o Andalucía. La guerra finalizó en 1876 con la conquista de la capital carlista, Estella (Navarra), y la huída a Francia de Carlos María de Borbón.

Recién entrado el siglo XX, hubo algún intento posterior de sublevación carlista, aprovechando el descontento por la pérdida de las posesiones de ultramar en 1898, e incluso el 10 de Agosto de 1932, los carlistas apoyaron el intento de golpe de estado del general José Sanjurjo. Pero no fue hasta Abril de 1936, dos meses después de la victoria electoral de la coalición de izquierdas “Frente Popular” y la debacle de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), cuando los carlistas prepararon su propio levantamiento armado contra la República. Sin embargo, tras largas negociaciones acabaron sumándose al golpe de Estado que preparaba el ejército y que daría lugar a la Guerra Civil española, en la que participaron unidades de voluntarios carlistas, agrupados en Tercios de Requetés, los cuales tuvieron una actividad destacada. Aunque no oficialmente, hay quien considera a la Guerra Civil española como la cuarta y última Guerra Carlista.

En Abril de 1937, Franco impuso la unificación de los carlistas con la Falange Española contando con la aceptación de la mayor parte de los carlistas en el frente, relegando a los pocos opositores a dicha unificación y, por lo tanto, a lo que quedaba del movimiento carlista a ser una fuerza política clandestina apoyándose en un seguimiento prácticamente residual.


La verdad es que sigue habiendo un notable paralelismo en la ideología predominante entre los habitantes de las zonas rurales a lo largo de los últimos siglos. En el siglo XIX y principios del XX ese conservadurismo ideológico predominante de carácter apostólico y tradicionalista encontraba refugio en el carlismo, posteriormente lo encontró en el régimen franquista y a finales del siglo XX y en el siglo XXI lo ha encontrado en el conservadurismo del Partido Popular. De ahí que la derecha política española tenga ese granero de voto fiel e incuestionable en las zonas rurales del norte y centro del país, siendo el apoyo masivo de los intereses de la Iglesia y la aristocracia.

jueves, 6 de noviembre de 2014

EL AUMENTO DEL NIVEL DEL MAR

Hablando con unos amigos acerca del aumento del nivel del mar y de cómo remediarlo, yo comenté que sólo se me ocurrían soluciones imaginarias o cuasi irrealizables como verter agua sobre la Antártida, Siberia, Groenlandia o cualquier otro sitio de frío permanente donde pueda permanecer helada irreversiblemente para que no regrese al mar, dirigir las precipitaciones hacia esas zonas o aumentar la profundidad oceánica para así aumentar su capacidad. Devolverla al espacio, que es de donde se cree que provino a través de cometas que chocaron con la Tierra, según las teorías más recientes, parece ser actualmente un imposible, aunque las otras dos sean también bastante irreales.

Lo cierto es que el ascenso del nivel del mar estimado por altimetría por satélite, mediante mediciones que se desarrollan desde 1978, es de unos 3 mm/año en las últimas dos décadas. Eso quiere decir que cada año los océanos contienen unos 1100 Km³ más de agua (1100 billones de litros) proveniente de un desequilibrio entre el agua que se almacena en forma de nieve o hielo en los indlandsis, (se denomina así a los territorios de dimensiones continentales que están cubiertos de hielo permanente), y el agua fundida proveniente de ellos. Este desequilibrio se debería al calentamiento global antropogénico (aquel causado por el hombre) que genera un balance de masa glaciar desfavorable, al ser menor la cantidad de agua que reciben los indlandsis en forma de nieve o escarcha que la que se retorna al océano en forma de icebergs y a través de la fusión de los bordes dentro del mar. Este balance negativo podría también ser desfavorable por la distribución y morfología de estas masas glaciares, pero lo que no cabe duda es que el calentamiento global está favoreciendo la fusión de estas masas.

Actualmente, el agua almacenada en casquetes polares, glaciares y como nieve permanente es de 24 millones de Km³, lo que supone el 1,75% del agua total del planeta. Su total deshielo provocaría un aumento del nivel del mar de entre 60 y 65 metros, por lo que el problema del aumento del nivel mar radica en la falta de conservación de esta “despensa” de agua y en su continuo deshielo a un ritmo más alto que el de su regeneración en forma de nieve nueva.

El total de agua que hay en la Tierra es de 1.386 millones de Km³. Si fuese una esfera, su diámetro sería de alrededor de 1.383 kilómetros, lo que supone menos del 0,13% del volumen terrestre. Su comparativa con el tamaño de la Tierra es el que muestra en la imagen.


Aproximadamente el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por el agua y los océanos contienen unos 1338 millones de Km³, lo que supone alrededor del 96,5% de toda el agua del planeta. El volumen de agua subterránea es de unos 23,4 millones de Km³, (1,70% del agua total del planeta), por lo que junto con el 1,75% del agua acumulado en los indlandsis, el resto del agua del planeta almacenado en otros lugares es del 0,05% y está presente en los permafrost (300.000 Km³), los lagos (176.400 Km³), la humedad de la tierra (16.500 Km³), la atmósfera (12.900 Km³), los pantanos (11.470 Km³), los ríos (2.120 Km³) o el agua biológica, es decir, el agua del que se componen los seres vivos, (1.120 Km³).

Como dato anecdótico caber destacar que de media se evaporan a la atmósfera 1.170 Km³ de agua diariamente, (el 9% de todo el contenido acuoso atmosférico), que coincide con la cantidad media de agua precipitada sobre la Tierra, en función del equilibrio hídrico de la atmósfera. Curiosamente es una cantidad similar al desequilibrio hídrico que hay con respecto a los océanos por lo que si se pudiese lograr precipitar todo el agua evaporado en la Tierra en un solo día sobre lugares en los que vaya a quedar almacenada permanentemente sin retorno a los océanos, se lograría compensar el aumento del nivel de mar de un año, aunque eso ya supondría tener la capacidad de controlar las presiones atmosféricas y, por lo tanto, de los vientos, algo que está muy fuera del alcance humano. Por cierto, si al mismo tiempo precipitara regularmente toda el agua acumulada en la atmósfera, (aproximadamente 12.900 Km³ de agua, mayoritariamente en forma de vapor de agua), la superficie de la Tierra sería cubierta por 25 milímetros de agua lo que supondría una precipitación de 25 litros por metro cuadrado.

El caso es que la cantidad de agua que hay que almacenar para disminuya un metro el nivel del mar sería de unos 361.000 Km³, partiendo de que la superficie marina actual es de unos 361 millones de Km². Esto supone más de 30 veces la cantidad de agua que hay embalsada en todo el mundo y casi el doble del agua existente en lagos y pantanos, sin embargo sólo supone el 1,5% del agua retenida en los indlandsis, formados por los casquetes polares, los glaciares y la nieve permanente, o la misma que hay almacenada en los permafrost, formados por la capa de hielo permanente que hay en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías o periglaciares, como es la tundra, por lo que ha de ser el cuidado de éstos la clave para poder controlar el aumento del nivel del mar. Si continua ascendiendo el nivel del mar, asistiremos irrevocablemente a la desaparición de dos países como Maldivas y Tuvalu, debido a que su altitud máxima sobre el nivel del mar no supera los cinco metros. Igualmente, si esto sucede, gran parte de la costa mundial será absorbida por el mar, con las consecuencias y el impacto que esto supondría.

Habrá que ver qué medidas se toman, puesto que al ritmo de subida del nivel del mar actual y con varios glaciares de la Antártida Occidental en un estado irreversible de derretimiento, la subida del nivel del mar en los próximos cien años podría ser de un metro.

Al igual que dije con respecto a cómo enfrentarse a una futura crisis energética, el ser humano ha salido triunfador de los distintos retos a los que se le ha enfrentado. Espero que también lo logre en este importante reto.

jueves, 23 de octubre de 2014

LOS MUERTOS DEL ROCK ESPAÑOL

Las muertes dentro de las grandes estrellas de la música en España, a diferencia del panorama musical internacional, no comenzaron a suceder de manera generalizada hasta la década de los 80, debido a que el movimiento “hippie” y la efervescencia del Rock habían pasado desapercibidos en España a causa de las censuras de la dictadura.

Hasta entonces, sólo las muertes de Nino Bravo y Cecilia en 1973 y 1976 respectivamente, ambos en accidente de tráfico, habían teñido de luto el panorama musical del país. Esto cambiaría a finales de los 70 con el fin del franquismo, la transición a la democracia y la dilución de la censura, lo que facilitó la emersión de nuevos movimientos socio-culturales y la adopción de los estilos internacionales más recientes como el Punk, el Rock duro o el Heavy, asociadas a un estilo de vida más al límite. A continuación se citan, de forma cronológica, las muertes más significativas del panorama musical español.

Eduardo Benavente, líder de Parálisis Permanente, murió en 1983 a los 20 años de edad en accidente de tráfico. Su muerte provocó la disolución del grupo y la convirtió en banda de culto de la movida madrileña. Meses después es Jesús de la Rosa, bajista de Triana, quien muere en accidente de tráfico a los 35 años, provocando igualmente la disolución de su grupo. Ese mismo año, Miguel González, guitarrista de Desechables, muere abatido a los 27 años al intentar atracar una joyería. Al año siguiente, Mikel Astráin, baterista de Barricada, murió a los 24 años a causa de un derrame cerebral.

En 1987, Alberto Haro, guitarrista de Glutamato Ye-Yé y Sindicato Malone, murió en 1987 a los 23 años por cáncer. Su muerte provocó la disolución del grupo Sindicato Malone que él había fundado. Ese mismo año también murió Ramón Recio, ideólogo y letrista de Glutamato Ye-Yé y cuatro años después lo hizo su hermano Eugenio Haro, quien le sustituyó como guitarrista en Glutamato Ye-Yé y que formó el grupo Ciudad Jardín tras la primera disolución del grupo.

Toño Martín, el que fuera bajista y vocalista de Burning, muere el 9 de Mayo de 1991 sin superar sus problemas de adicción a las drogas. Justo seis años más tarde y el mismo día, como si estuviera pactado, también moría su compañero Pepe Risi, guitarrista de Burning y vocalista desde la marcha de Toño, a los 42 años por neumonía complicada por su lamentable estado de salud. Ese mismo año también muere Tino Casal, a los 41 años, en accidente de tráfico.

En 1992, Toti Árboles, el que fuera baterista de Los Pegamoides, Parálisis Permanente, Seres Vacíos, Dinarama, La Unión o La Frontera y considerado como “el baquetas de la Movida” murió por una sobredosis de heroína que le produjo un fallo cardiaco sin haber cumplido los 30 años. Ese mismo año, en el transcurso de poco más de cuatro meses, mueren Iosu y Juanma, guitarrista y bajista de Eskorbuto, como consecuencia del SIDA y de la adicción a la heroína. Tenían 31 y 30 años respectivamente.

En 1994, Manolo Iglesias, el que fuera baterista de Tequila, murió por SIDA a los 37 años. Seis años después también murió de SIDA el que fuera su compañero Julián Infante, guitarrista de Tequila y Los Rodríguez, a los 43 años.

Antonio Flores murió en 1995 a los 33 años debido a una sobredosis de barbitúricos y alcohol.

1996 comienza con la muerte del carismático Natxo Etxebarrieta, vocalista de Cicatriz por SIDA. Era el único superviviente del grupo, pues en menos de año y medio habían muerto el bajista Pakito Rodrigo y el guitarrista Pedro Landatxe, también por SIDA. Hacía menos de seis años que el otro guitarrista, Pepín Arteaga, había muerto por sobredosis de heroína. El año termina con la muerte de Juan Antonio Canta. El que fuera vocalista de Pabellón Psiquiátrico y que ya en solitario saltaría a la fama por “El rap de los 40 limones”, se suicidó a los 30 años por problemas de depresión.

Poch, líder de Derribos Arias, murió a finales de 1998 a los 42 años víctima de la enfermedad de Huntintong y un año después es Enrique Urquijo, líder de Los Secretos, muere a los 39 años por sobredosis de heroína. Era el tercer miembro del grupo que fallecía tras los bateristas José Enrique Cano “Canito” en 1980 y su sustituto Pedro Antonio Díaz en 1984, ambos en accidente de tráfico a los 20 y 28 años respectivamente.

En 2002 murió Carlos Berlanga a los 42 años por cirrosis complicada por el SIDA. Fue miembro de Kaka de Luxe, Los Pegamoides y Dinarama y publicó además cuatro discos en solitario. Ese mismo año, Fernando Murúa, baterista de La Polla Records, murió a los 40 años por un infarto cerebral. Al año siguiente es Carlos Aguirreurreta "Mahoma", vocalista de R.I.P., quien muere a los 44 años. Era el segundo miembro de la banda que fallecía por culpa de la heroína pues seis años antes lo había hecho el bajista, Eduardo Mancebo "Portu" a los 33 años. Un mes después moría otro ídolo del punk español, Kike Kruel, el que fuera líder de Espasmódicos y quince días más tarde, Marco Antonio Sanz de Acedo, más conocido como “Eskroto” en Tijuana in Blue o “Gavilán” en Kojón Prieto y los Huajalotes, se suicidó a los 38 años después de dar su último concierto.

Las más recientes prematuras desapariciones de músicos importantes del panorama nacional se deben principalmente al cáncer. Así Kike Turmix, vocalista de Pleasure Fuckers entre otros, murió en 2005 a los 48 años tras padecer cáncer de hígado. Antonio Vega, guitarrista y vocalista de Nacha Pop, autor de “La chica de ayer” y que publicó cinco discos de estudio en solitario, murió en 2009 a los 51 años a consecuencia de un cáncer de pulmón. Roberto Mira “Róber”, guitarrista y vocalista de Porretas, murió en 2011 a los 48 años por cáncer de colon. Enrique Sierra, el que fuera guitarrista de Kaka de Luxe y Radio Futura, murió en 2012 a los 55 años tras una larga enfermedad renal. Y Germán Coppini, ex vocalista de Siniestro Total y Golpes Bajos y que publicó seis discos en solitario, murió en 2013 a los 52 años por cáncer de hígado.

No habrán tenido la repercusión mediática de otras muertes de músicos famosos a nivel internacional, pero sus legados han repercutido en nuestras vidas de igual manera o incluso mayor, debido a la cercanía que teníamos hacia ellos.

La fortuna, para ellos, a pesar de su pronta desaparición, es que su legado sigue presente cada vez que escuchamos alguna de las canciones que han creado o interpretado y, por lo tanto, de alguna manera siguen aún vivos, aunque sea a partir de recordarlos en textos como éste.


jueves, 9 de octubre de 2014

LOS MUERTOS DEL ROCK

Tal y como comenté en la entrada anterior acerca del Club de los 27, la muerte de estrellas del Rock a temprana edad ha sido algo muy frecuente. A lo largo de la historia, aunque fueron las muertes de Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison en tan solo dos años (de 1969 a 1971) las que abrieron el debate mediático, ha habido muchas más y muy significativas. A continuación citaré otros casos mediáticos en función de los años en los que fallecieron, algunos de ellos incluso a más temprana edad que los incluidos en el Club de los 27.

Buddy Holly, una de las primeras estrellas del Rock and Roll, murió a los 22 años por un accidente de avioneta. Con él viajaban el joven de 18 años Ritchie Valens, (creador de “La Bamba”), y Big Popper, de 28. Sucedió el 3 de Febrero de 1959 y fue bautizado por los medios como “el día en el que murió la música”.

Elvis Presley, considerado “el rey del Rock and Roll”, murió en 1977 a los 42 años de edad. No se sabe con precisión cuál fue el origen real de su muerte, pero el caso es que el abuso de las drogas y el alcohol junto con ciertas enfermedades que padecía como glaucoma, hipertensión arterial, daños en el hígado y megacolon pudieron ser los causantes del ataque cardíaco que acabó con su vida. Unos meses después, el avión en el que desplazaba el grupo Lynyrd Skynyrd, conocido por su hit “Sweet home Alabama”, se estrelló, muriendo en el impacto tres de los miembros del grupo, su líder Ronnie Van Zant y los hermanos Steve y Cassie Gaines, todos ellos menores de 30 años. Al año siguiente fue Keith Moon, baterista de The Who, quien murió a los 32 años de edad por una sobredosis de Clometiazol, sedante que tomaba para luchar contra el síndrome de abstinencia al alcohol. Era conocido por su estilo de vida autodestructivo y por sus habituales excesos con el alcohol y las drogas, que estaba dejando en el momento de su muerte.

El más joven de entre los más famosos fue Sid Vicious, estrella del punk y bajista de Sex Pistols, que murió en 1979 a los 21 años por una sobredosis de heroína, tres meses y medio después del misterioso asesinato de novia Nancy Spungen. Su muerte lo convirtió en todo un icono del punk y en el principal valedor del “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”.

El año 1980 fue especialmente trágico. Bon Scott, vocalista del grupo AC/DC, murió a los 33 años, por aspiración de vómito tras una intoxicación etílica. Ian Curtis, líder del grupo Joy Division, se suicidó a los 23 años, agobiado por la epilepsia que padecía, su inminente divorcio y su adicción a algunos fármacos. John Bonham, baterista de Led Zeppelin, murió a los 32 años por aspiración de vómito tras una ingestión masiva de vodka, provocando, con su muerte, la desaparición del grupo. Darby Crash, líder del grupo punk The Germs, murió a los 22 años por una sobredosis intencionada de heroína, suponiendo su muerte el final del grupo y quedando ésta completamente eclipsada por el asesinato del “ex beatle” John Lennon, a los 40 años, que tuvo lugar tan sólo un día después, siendo ésta una de las muertes más mediáticas. Al año siguiente fue Bob Marley, considerado “el rey del Reggae”, quien murió a los 36 años, víctima del cáncer.

En 1982 fue Randy Rhoads, guitarrista de Ozzy Osbourne y anteriormente de Quiet Riot, quien murió a los 25 años tras estrellarse la avioneta en la que volaba por diversión. Ese mismo año, el guitarrista de The Pretenders, James Honeyman-Scott, murió por sobredosis de cocaína y meses más tarde era el bajista, Pete Farndon, quien se ahogaba en la bañera tras inyectarse heroína y perder el conocimiento. Tenían 25 y 30 años de edad respectivamente.

1986 comenzó con la muerte de Phil Lynott, líder de Thin Lizzy, a los 36 años por fallo cardíaco tras sufrir una sobredosis de heroína después de haber pasado sus últimos días entre drogas y alcohol. Posteriormente, Cliff Burton, bajista del grupo Metallica, murió a los 24 años tras sufrir un accidente el autobús en el que se desplazaba el grupo por su gira europea. El acontecimiento estuvo a punto de suponer la disolución de la banda californiana.

En 1988, Hillel Slovak, guitarrista del grupo Red Hot Chili Peppers, murió a los 26 años por sobredosis de heroína. Llevaba cuatro años enganchado.

El año 1991 fue también significativo. Comenzaba con la muerte de Steve Clark, guitarrista de Def Leppard, a los 30 años tras ingerir una mezcla de antidepresivos, calmantes y alcohol, poniendo el punto y final a una trayectoria marcada por los excesos con el alcohol. Seguía con la muerte de Johnny Thunders, (fue guitarrista de New York Dolls o The Heartbreakers, entre otros), a los 38 años por sobredosis de metadona, estando enfermo de leucemia. Ya con anterioridad, su compañero Bill Murcia en The New York Dolls murió también por sobredosis. Y terminaba el 12 de Noviembre con la muerte de Freddie Mercury, líder de The Queen e icono gay, a los 45 años por bronconeumonía complicada por el SIDA, tan sólo un día después de comunicar oficialmente que padecía esta enfermedad. Ese mismo día también fallecía Eric Carr, baterista de Kiss, a los 41 años por cáncer de corazón.

Michael Hutchence, líder del grupo INXS, murió en 1997 a los 37 años de edad al ahorcarse con su cinturón, mientras practicaba una técnica de asfixia autoerótica.

Joey Ramone, el que fuera cantante del grupo The Ramones, murió en 2001 a los 49 años por linfoma. La casualidad hizo que al año siguiente muriesen Dee Dee Ramone, el bajista del grupo, por sobredosis de heroína y Joe Strummer, el que fuera líder de The Clash, por fallo cardíaco congénito no diagnosticado, ambos a los 50 años de edad. Y en 2004 lo hizo Johnny Ramone, el guitarrista de The Ramones, a los 55 años por cáncer de próstata, perdiendo el movimiento punk a sus últimos iconos vivos.

Layne Staley, líder del grupo Alice in Chains, murió en 2002 a los 34 años de edad por una sobredosis de heroína mezclada con cocaína. Su muerte provocó la ruptura de la banda, aunque se volvería a reunir cuatro años después para proseguir con su actividad.

Dimebag Darrell, guitarrista de Pantera y Damageplan, murió en 2004 a los 38 años edad asesinado a tiros en el escenario por un fan al año siguiente de la separación de Pantera.

Michael Jackson, considerado “el rey del Pop”, murió en 2009 a los 50 años de edad por parada cardiorrespiratoria provocada por una intoxicación aguda de propofol, un anestésico que utilizaba para dormir. Al año siguiente fue Paul Gray, bajista de Slipknot, quien murió a los 38 años de edad por una sobredosis de morfina y fentanilo.

Whitney Houston, la que hasta la fecha es la artista más galardonada de la música, murió en 2012 a los 48 años de edad ahogada en la bañera del hotel donde se alojaba tras mezclar diferentes fármacos con cocaína y en 2013 fue Jeff Hanneman, guitarrista fundador de Slayer, quien murió a los 49 años por una deficiencia hepática producida por la cirrosis que padecía.

Los citados aquí son los casos más conocidos de estrellas del mundo de la música en activo de los miles de casos existentes. Las muertes precoces entre las estrellas de la música es algo bastante frecuente. Es un estilo de vida marcado por el lema “Sexo, drogas y Rock and Roll”, de tenerlo casi todo y disfrutarlo al momento, de vivir con intensidad hasta que el cuerpo dice basta. Una vida de triunfo, reconocimiento y excesos que suele tener un final anticipado.


jueves, 25 de septiembre de 2014

EL CLUB DE LOS 27

La primera vez que recuerdo haber oído a Nirvana fue en uno de mis numerosos viajes que hice en autobús desde Valladolid a Aranda cuando estaba en mi etapa universitaria. Al subir a dicho autobús desconocía la grata sorpresa que me iba a dar aquel chófer de melena cardada que se iba a encargar de llevarnos a destino. Fue nada más ponernos en marcha cuando comenzó a sonar tenuemente una guitarra durante unos segundos irrumpiendo de repente una potente entrada de golpes de batería que dio paso a unos distorsionados acordes de guitarra. Era “Smells like teen spirit”, el primer tema del disco “Nevermind” de Nirvana, y ya no pude prestar atención más que al hilo musical que me tuvo embaucado durante los casi 50 minutos que dura el disco.

A pesar de la fama que acaparó Nirvana nada más irrumpir en el panorama musical, yo había desestimado escucharlos, al igual que había hecho anteriormente con Guns n’ Roses. Yo creo que han sido las dos injusticias más flagrantes que he cometido en este respecto, pero fue debido a que no me solían gustar los grupos que irrumpían con tanta promoción ya que, por entonces, todo lo comercial tenía cierto tufo a ser más de lo mismo. Por aquel momento, estaba más pendiente de la irrupción del denominado hard-core melódico, alguno de ellos luego etiquetados como pop-punk, formado por grupos independientes californianos en su mayoría, abanderados por Bad Religion y por el sello Epitaph, (Green Day, Pennywise, Rancid, Offspring, The Mighty Mighty Bosstones o incluso Rage against the Machine, entre otros).

Sin saberlo, me estaba perdiendo el nacimiento del grunge, un nuevo género dentro del Rock y que no sólo popularizó el denominado rock alternativo o independiente sino que influyó en su posterior desarrollo, con sus enérgicas guitarras fuertemente distorsionadas, sus melodías vocales guturales, sus ritmos repetitivos y sus potentes baterías predominantes.

No seguí mucho la trayectoria del grupo, aunque sí que me hice rápidamente con sus discos. El caso es que, como ya es sabido, el 8 de Abril de 1994, (cuando apenas hacía un par de años que conocía Nirvana), se anunciaba que su líder Kurt Cobain, había aparecido muerto. Al parecer murió el 5 de Abril de 1994 por una herida de bala infligida en la cabeza. Se había suicidado a los 27 años, tan solo cinco días después de fugarse del centro de desintoxicación en el que había ingresado voluntariamente para tratar su adicción a la heroína y a otras drogas. Su muerte y las posteriores manifestaciones y versiones contradictorias de su círculo más cercano crearon un halo de incertidumbre en torno a su hipotético suicidio, por lo que automáticamente pasó a formar parte del más que exclusivo “Club de los 27”.

El “Club de los 27” es la denominación utilizada para referirse a un grupo de iconos o estrellas de la música que fallecieron a la edad de 27 años en casos relacionados con el abuso de alcohol y drogas. El término fue acuñado por los medios de comunicación tras las muertes de Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, todas ellas acaecidas en el término de dos años exactos, entre 3 de Julio de 1969 y el 3 de Julio de 1971, y todos ellos a la edad de 27 años. Posteriormente se incluyó a Robert Johnson, considerado “el abuelo del Rock and Roll”, que falleció el 16 de agosto de 1938 a esa misma edad, por lo que Kurt Cobain era el sexto miembro célebre que se unía al club.

Robert Johnson murió envenenado el 16 de agosto de 1938, al parecer por ingestión de whisky mezclado con estrictina que algún marido cornudo le había preparado, según la versión más cimentada. Con solo 29 canciones grabadas, se convirtió en muy poco tiempo en una estrella del blues, siendo versionado posteriormente por artistas de la talla de Eric Clapton, Rolling Stones o Led Zeppelin entre otros.

Brian Jones, el que fuera guitarrista y multi-instrumentista del grupo Rolling Stones y miembro más famoso del grupo a principios de los 60, murió el 3 de Julio de 1969 ahogado en su piscina al mes de haber sido despedido del grupo y a pesar de ser un excelente nadador. Siempre había abusado de las drogas y el alcohol y sus excesos públicos le costaron varios arrestos por escándalos o por tenencia ilegal.

Jimi Hendrix, considerado como uno de los más grandes guitarristas de la historia, murió el 18 de Septiembre de 1970. Se ahogó con su propio vómito por broncoaspiración tras perder la consciencia debido a una ingestión masiva de somníferos, barbitúricos y alcohol.

Janis Joplin, murió el 4 de Octubre de 1970 por sobredosis de heroína. Caracterizada por su voz y su espíritu rebelde, fue un símbolo femenino de la contracultura de los 60 y del movimiento hippie y la primera mujer en ser considerada una gran estrella del Rock and Roll.

Jim Morrison, líder del grupo The Doors, murió el 3 de Julio de 1971 tras sufrir un paro cardiaco. Como no le fue realizada la autopsia no se puede saber con certeza el origen de su muerte y circulan distintas hipótesis, aunque parece ser que el consumo habitual de drogas pudiera ser la causa.

Con la muerte de Amy Winehouse el 23 de julio de 2011 al sufrir un colapso debido al síndrome de abstinencia meses después de someterse a una cura de desintoxicación, se ha incorporado una nueva celebridad al Club de los 27, la séptima, aunque muchas voces se alzan en contra de su inclusión, al no considerarla como estrella del Rock.

Estos siete no son los únicos, ya que son numerosos los músicos más o menos famosos que pertenecen a este club. No llegan a la popularidad de los siete nombrados, pero, por citar algún ejemplo más, también pertenecerían a este club Alan Wilson, (líder y guitarrista de la banda de Rock & Blues Canned Heat), David Michael Alexander, (el que fuera bajista original del grupo The Stooges, liderado por Iggy Pop), o Richey James Edwards, (guitarrista del grupo Manic Street Preachers). Todos ellos murieron también a los 27 y vivieron habituales episodios de abuso de drogas y alcohol.

Sin embargo, los miembros del club de los 27 no son las únicas estrellas de la música que murieron prematuramente, pues hubo quien se quedó por el camino antes incluso que ellos. En el origen del club se dio la casualidad de que en muy poco espacio de tiempo desaparecieron de la escena musical cuatro importantes protagonistas del panorama musical de la época a la misma edad, algo que la prensa no dejó pasar para crear y alimentar el mito.

Por cierto, se dice que cuando Wendy O’Connor, madre de Kurt Cobain, se enteró de la noticia del suicidio de su hijo, lo primero que exclamó fue: “Se ha ido para unirse con ese estúpido club”. Al parecer Kurt Cobain admiraba el llamado “Club de los 27” y de joven hablaba a menudo de la “maldición de los 27” en las estrellas de la música. Lo que sí es cierto es que en su nota de suicidio, Kurt finaliza diciendo “Es mejor arder que apagarse lentamente”. Todo un alarde del “vivir rápido y morir joven”.

jueves, 11 de septiembre de 2014

LA DERIVA MEDITERRÁNEA

El primer viaje de fin de curso al que acudí, (y único, por cierto), fue cuando acabé E.G.B. Acudimos la práctica totalidad de los compañeros de clase y disfrutamos de una divertidísima semana entre todos. Con algunos de esos compañeros había coincidido durante todo mi ciclo escolar y con el resto llevaba coincidiendo seis años, desde que nos trasladaron al C.P. Santa María que estrenamos seis años atrás, (a excepción de los pocos repetidores).

Fuimos a Torremolinos e hicimos una excursión a Ceuta y otra al parque de atracciones Tívoli World de Benalmádena. Desde luego que visto el resultado y el cómo disfrutamos todos, el destino fue muy acertado para aquellos niños de 13-14 años.

Con motivo del viaje a Ceuta tuvimos que cruzar el Estrecho de Gibraltar en un ferry desde Algeciras. Lo que más recuerdo de aquel viaje en ferry es que el estrecho de Gibraltar era demasiado ancho como para pensar que en un futuro iba a desaparecer, pues en clase nos habían dicho que la colisión entre las placas euroasiática y africana estaba acercando ambos continentes hasta su irremediable unión, a ritmo de unos pocos centímetros anuales. Este acontecimiento provocaría que el mar Mediterráneo se convirtiese en un lago hipersalino que acabaría desecándose, puesto que es mayor la cantidad de agua que se evapora anualmente, debido al clima cálido de la zona donde está ubicado, que la aportada por los distintos ríos que allí desembocan, entre los que destacan el Ebro, el Ródano, el Po, el Nilo, el Dniéper o el Danubio, estos dos últimos en el Mar Negro que está unido al Mediterráneo por el estrecho del Bósforo. Este déficit hídrico provoca que el mar Mediterráneo tenga una salinidad más elevada que el océano Atlántico, del cual recibe el agua que pierde debido a la evaporación.

Lo más curioso es que este suceso que se prevé que vaya a suceder en el futuro, ya sucedió con anterioridad. El mar Mediterráneo se formó a partir del primitivo mar de Tetis, que tenía una extensión mucho mayor que el Mediterráneo actual y que fue disminuyendo a medida que la placa Africana se aproximaba a la Euroasiática. Hace algo menos de seis millones de años, debido al levantamiento tectónico del Estrecho de Gibraltar, el mar Mediterráneo quedó desconectado del océano Atlántico, comenzando su desecación, que lo dejó reducido a una serie de lagos salados en el fondo de la cuenca marina. Este fenómeno, que duró algo más de 500.000 años, generó enormes depósitos de sal en el fondo del Mediterráneo, aún existentes, y disminuyó la salinidad del océano global, acontecimiento conocido como la crisis salina del Mesiniense.

Sin embargo, a partir de un probable hundimiento tectónico del Estrecho de Gibraltar que provocaría la ruptura del dique de roca que allí se había formado, las aguas del océano Atlántico encontraron de nuevo un camino por el que volver a atravesar del Estrecho. Como la diferencia de nivel entre el Mediterráneo y el Atlántico era muy grande, el mar Mediterráneo se llenó a un ritmo trepidante, generando la mayor y más brusca inundación que se haya conocido nunca en la Tierra. La entrada de aguas debió formar un caudal que llegó a ser unas mil veces superior al actual caudal del río Amazonas. Lo que había tardado miles de años en secarse, generando un enorme desierto de 1.500 metros de profundidad, se llenó en unos dos años, a un ritmo de hasta diez metros diarios de subida del nivel del mar. La forma de llenado se debió realizar a través de un descenso más o menos gradual desde el océano Atlántico hasta el centro del actual Mar de Alborán, en una especie de megarrápido por donde el agua circuló a cientos de kilómetros por hora. El canal que se formó atraviesa el actual Estrecho de Gibraltar provocando en su momento una profunda erosión de unos 500 metros de profundidad, ocho kilómetros de anchura y extendiéndose a lo largo de unos 200 kilómetros entre el Golfo de Cádiz y el Mar de Alborán. Así, el mar Mediterráneo volvió a existir y Europa y África volvieron a estar separadas por la barrera natural que el mar supone.

La separación actual de Europa y África es de 14.400 metros, que es la mínima anchura que tiene el Estrecho de Gibraltar. Como el actual movimiento de la placa africana es de 2,15 centímetros al año aproximadamente hacia el Norte, se estima que se unirá al extremo sur de España dentro de unos 650.000 años, separando nuevamente el mar Mediterráneo del océano Atlántico. Este acontecimiento provocará nuevamente que el mar Mediterráneo comience su proceso de desecación a ritmo de unos milímetros anuales, desconectándose del mar Negro unos 25.000 años después de haberse desconectado del océano Atlántico, lo que provocará igualmente la desecación del mar Negro, algo que, igualmente, ya sucedió con anterioridad.

Además, debido a la subducción de la placa euro-asiática con respecto a la placa africana que es la que provoca este acercamiento entre continentes, no sólo el mar Mediterráneo desaparecerá por la colisión entre estos, sino que dentro de aproximadamente 200 millones de años se habrán formado unos grandes plegamientos desde lo que hoy sería Gibraltar hasta los Alpes, a modo de una gran cordillera como sería actualmente la del Himalaya, quedando tras ella grandes zonas desérticas en las ubicaciones que actualmente comprenden Francia y Alemania. Igualmente, el nivel de los océanos ascenderá unos diez metros por ese fenómeno, debido a la evaporación del agua contenida en el mar Mediterráneo y su vertido sobre el resto de océanos en forma de lluvia, tanto directa como indirectamente.

Pero queda mucho para que todo esto suceda, si es que no sucede algún otro acontecimiento de enorme magnitud con anterioridad que interrumpa este proceso natural. La humanidad puede seguir disfrutando del mar Mediterráneo, así como de su clima propio que genera una fauna y una flora particular. Es más, no creo que la humanidad pueda ser testigo de la nueva unión entre Europa y África ya que con todo lo que ha sucedido en los últimos 10.000 años, desde que las primeras civilizaciones aparecieron, difícilmente el ser humano pueda lograr llegar hasta verlo sin haberse extinguido con anterioridad.

Por cierto, de la excursión a Ceuta me acuerdo de muchas más cosas y anécdotas que dan para mucha menos reflexión que ésta, pero que al recordarlas aún me sacan la sonrisa. Para casi todos era nuestra primera estancia en África aunque no cambiásemos de país y lo que no hicimos fue desaprovechar el momento.


jueves, 28 de agosto de 2014

LA DISTRIBUCIÓN DE LOS TECLADOS

Elisa es italiana, de madre inglesa, y lleva casi diez años viviendo en España por lo que habla los tres idiomas a la perfección. Cuando yo vivía con ella, notaba que solía tener ciertos problemas con la “b” y la “v” a la hora de tener que diferenciar las palabras que desconocía en castellano, a partir de la pronunciación de la gente. Yo le decía que había que conocer las palabras pues no hay manera de diferenciarlas de forma oral ya que en castellano ambas grafías se corresponden con el mismo fonema y que no se discrimina el sonido de la “v” con respecto a la “b”, como sí que sucede con el resto de idiomas que contienen estos grafismos, donde la “v” es un sonido intermedio más o menos gradual entre el fonema bilabial /b/ y el fonema labiodental /f/ de la lengua castellana. Era algo que ella no lograba entender, que hubiese dos grafías diferentes para un mismo sonido por lo que acabó consultando a su amigo Vicente, al que siempre ha considerado como su experto personal en todos los campos de conocimiento.

Vicente le ratificó lo que yo ya le había dicho varias veces, que la “b” y la “v” se pronuncian igual en castellano y que no hay distinción oral entre ambas. Cuando se lo dijo le matizó, como yo ya había hecho con anterioridad, que ya los hispanos hablaban latín sin diferenciar ambos fonemas, de ahí la célebre frase atribuida a Julio César que afirmaba “Beati Hispani quibus bibere vivere est”, que se traduce como “Dichosos los hispanos para los que beber es vivir” y que a mí me había contado mi amigo Mario con anterioridad. Además, matizó que dicho error gráfico suele ser uno de los más vergonzantes que existen en el castellano escrito y que, para colmo, en los teclados aparecen una al lado de la otra por lo que es muy fácil pulsarlas por error. Yo le maticé que en los teclados sucede lo mismo con la “m” y la “n”, siendo un error muy embarazoso cuando hay que escribir después otra consonante y que algo parecido sucede con la “s” y la “x”. Todo esto era culpa del teclado que se usa en España, el denominado teclado QWERTY, bautizado así por la distribución de sus teclas alfabéticas (las ubicadas en la parte superior derecha).

La historia de las disposiciones de las teclas del teclado comienza con las máquinas de escribir. El estadounidense Christopher Sholes inventó en 1867 la primera máquina de escribir de producción masiva. Con anterioridad, hasta 51 inventores patentaron diferentes máquinas de escribir, pero ninguna era adecuada para la producción masiva. Esta máquina de escribir disponía de un teclado cuyo punto de partida original parece haber sido una disposición cuasi alfabética y la secuencia de la denominada “fila hogar” (d-f-g-h-j-k-l) da muestra de ello. Sin embargo, uno de los problemas con los que se encontró Sholes es que la máquina de escribir se atascaba cuando el mecanógrafo pulsaba rápidamente dos teclas adyacentes. Para minimizar los atascos, se reordenaron ciertas teclas para ralentizar deliberadamente al usuario, por lo que las letras y las combinaciones de letras más usadas en inglés fueron dispersadas en el teclado. Así nace el teclado QWERTY.

Por este motivo, el de la ralentización deliberada, hubo quien investigó en desarrollar otras disposiciones de teclas para incrementar la velocidad de tecleo, una vez que las máquinas de escribir fueron más eficientes. En 1893, la máquina de escribir Blickensderfer, la primera de fácil portabilidad, introducía un cambio significativo en la distribución de sus teclas, pues la fila inferior contenía las teclas más usadas en inglés, DHIATENSOR del cual se obtuvo su nombre, ubicadas de tal forma que incrementaba notablemente la eficiencia y evitaba los atascos.

Pero no fue hasta 1936, cuando los estadounidenses August Dvorak y William Dealey patentaron el teclado Dvorak, que sería el primer teclado diseñado para maximizar la velocidad de tecleo. Se diseñó a partir de una investigación de las letras y de las combinaciones de letras más usadas en inglés, así como de la fisiología de la mano, ubicando en la “fila hogar” las teclas más usadas para minimizar los intercambios entre filas y los movimientos de los dedos, logrando un tecleo más rápido y preciso, provocando menos esfuerzo y fatiga para dedos y manos. A pesar de que la eficiencia de la disposición de este teclado es superior a la del teclado QWERTY, nunca logró relegarlo y pasó al olvido, aunque sigue vigente y es posible configurarlo en cualquier sistema operativo.

El último intento ha sido el teclado Colemak, desarrollado por Shai Coleman en Enero de 2006 con el objetivo de lograr una escritura más rápida y facilitar la escritura colocando las letras de mayor frecuencia bajo los dedos más fuertes, previniendo el síndrome RSI, que puede ser causado por movimientos repetitivos y duraderos, como el presionar las teclas más frecuentes en una posición desfavorable.

El caso es que a pesar de las notables deficiencias de diseño, la distribución de teclado QWERTY se ha convertido en el estándar de facto para máquinas de escribir y teclados ingleses y españoles, a pesar de que esta distribución está lejos de ser la más eficiente para escribir, pues exige al mecanógrafo mover sus dedos entre filas para teclear las letras más comunes. Otros idiomas escritos en el alfabeto latino usan a veces variantes de la distribución QWERTY, tales como la francesa AZERTY, la italiana QZERTY y la alemana QWERTZ, pero la mayoría de la disposición de las letras es idéntica.

Personalmente pienso que para que la distribución de las teclas de los teclados fuese eficiente, debería haber una distribución para cada idioma, o al menos para cada tipo de idiomas en función de la proveniencia de estos, ya que, por ejemplo, en las lenguas germánicas el uso de la “k” o la “w” está muy extendido, mientras que en las lenguas romances su uso es prácticamente marginal, al igual que en las lenguas romances el uso de las vocales es bastante más frecuente que en las lenguas germánicas.

Sin embargo, el que hubiese una distribución diferente para cada idioma provocaría que cuando cambiemos de país tengamos que reaprender la distribución de las teclas, algo que acabaría imponiendo la distribución inglesa como medida normalizadora, tal y como ahora, aunque en la actualidad se trate de una distribución ineficiente incluso para el idioma para el que fue creada.

En fin, que habrá que convivir con el riesgo de intercambiar la “b” por la “v”, ya que el remedio puede ser más perjudicial que las deficiencias actuales, al menos para mí, acostumbrado como estoy a la distribución de teclas actual y a utilizar sistemas operativos en distintos idiomas y países.


viernes, 8 de agosto de 2014

LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO

El pasado 7 de julio de 2007, (07/07/07), se procedió por parte de la empresa New Open World Corporation a la publicación de las nuevas siete maravillas del mundo oficiosas a partir de la iniciativa del cineasta suizo Bernard Weber. Se realizó mediante votación pública, vía web o telefónica y cada voto tenía un coste de dos dólares, partiendo de una extensa lista inicial confeccionada por la propia empresa en la que se admitieron estructuras creadas por el hombre hasta el año 2000, con la condición de que estuviesen en pie en la actualidad. Para las semifinales se clasificaron las 77 más votadas, mientras que en los últimos meses la votación se redujo a las 21 más votadas, de donde se obtuvieron las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Por cierto, la Gran Pirámide de Guiza (Egipto) fue excluida de la votación, alegando ser la más antigua y la única que aún perdura de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, siendo nombrada “Maravilla Honorífica del Mundo”.

Tras todo el proceso, las siete elegidas fueron el Taj Mahal (India), la ciudad de Petra (Jordania), el Machu Picchu (Perú), la Gran Muralla (China), el Cristo del Corcovado (Río de Janeiro, Brasil), el Coliseo de Roma (Italia) y la ciudad maya de Chichén Itzá (México), quedando como finalistas la Acrópolis de Atenas (Grecia), la Alhambra de Granada (España), el Templo de Ankor Wat (Camboya), la Estatua de la Libertad (Nueva York, Estados Unidos), el Castillo de Neuschwanstein (Alemania), los templos de Kiyomizu-dera (Kyoto, Japón), los Moáis de la isla de Pascua (Chile), la Ópera de Sidney (Australia), el Kremlin (Moscú, Rusia), el museo de Santa Sofía (Estambul, Turquía), el complejo megalítico de Stonehenge (Gran Bretaña), la Mezquita de Djungareyber (Malí) y la Torre Eiffel (París, Francia). Además, entre las 77 semifinalistas se encontraban la Sagrada Familia de Barcelona, Santiago de Compostela, la Giralda de Sevilla, la Mezquita de Córdoba, el Museo Guggenheim de Bilbao, el Palacio Real de Madrid y el Acueducto de Segovia, como candidatas españolas, siendo España el segundo país con más representación tras India en semifinales.

La idea surgió a partir de la necesidad de actualizar la tan recurrida lista de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, confeccionada en el período helenístico, y que eran un conjunto de obras arquitectónicas que los helenos consideraban dignas de ser visitadas, por ser para ellos monumentos insignes de la creación y el ingenio humano. Esta lista de origen desconocido, debió confeccionarse hacia el siglo III a.C. aunque quien hace referencia explícita a éstas fue Antípatro de Sidón sobre el año 125 a.C. En esta lista se incluyen a la Gran Pirámide de Guiza (única existente en la actualidad), los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría. Originalmente, la Puerta de Istar en las murallas de Babilonia estaba incluida en lugar del Faro de Alejandría, aunque relatos posteriores efectúan dicho reemplazo. Todas ellas son construcciones humanas, no recogiéndose ninguna maravilla natural ni ninguna ruina, por majestuosa que ésta fuera. En parte es por eso que se hacía referencia a la torre de Babel (el zigurat de Babilonia) como la octava maravilla del mundo, ya que este edificio estaba en ruinas cuando los soldados de Alejandro Magno llegaron. Esta posibilidad, la de una maravilla más, contribuyó a acuñar la frase Octava Maravilla del Mundo para denominar a cualquier obra humana excepcional.

Ya en el siglo XIX hubo un intento de actualización de estas maravillas, estableciéndose una lista de Maravillas de la Edad Media para contrastarlas con las antiguas. Aún siendo desconocido el criterio seguido para su realización, las seleccionadas fueron Stonehenge (Gran Bretaña), el Coliseo de Roma (Italia), las Catacumbas de Kom el Shogafa (Alejandría, Egipto), la Gran Muralla (China), la Torre de Porcelana de Nanjing (China), Santa Sofía de Constantinopla (Turquía) y la Torre Inclinada de Pisa (Italia).

Por cierto, este proyecto de elección de las Siete Maravillas de Mundo Moderno no fue avalado por la Unesco, (entidad de las Naciones Unidas que declara como Patrimonio de la Humanidad a sitios de importancia cultural o natural), por considerarla mediática y una iniciativa a título personal de Weber, declarando que no es suficiente el valor sentimental de los monumentos para incluirla en una lista de las características que se pretende. Igualmente afirmó que la votación no era universal, pues dejaba fuera a millones de personas que no tienen acceso a Internet y que la lista de candidatos fue creada bajo criterios poco científicos y educativos. Como importante curiosidad cabe reseñar que el Cristo del Corcovado de Río de Janeiro (elegida como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno) no ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco cuando ya son más de un millar los lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad en todo el mundo.

Yo, particularmente no estoy nada de acuerdo con esta lista. Sin intentar menospreciar a ninguna de las elegidas, creo que no es el sistema de elección adecuado, pues el mérito artístico no puede ser elegido por votación popular, más aún cuando no se exigió para la votación la tenencia de un mínimo de conocimientos artísticos. Evidentemente en este tipo de votaciones influyen otros criterios más allá de los artísticos, como son los políticos, los económicos, los de popularidad y los de proximidad. Se realizaron campañas publicitarias a nivel local en favor de la inclusión de determinados lugares por la repercusión económica futura que podría conllevar estar incluida o no en la lista final, y ahí, la población de determinados lugares inclinó la balanza en favor de unos u otros lugares. A excepción de Petra y Machu Picchu, todas ellas pertenecen a países con una gran población lo que puede poner en duda determinados lugares, como puede ser el Cristo del Corcovado o Chichén Itzá, ambos pertenecientes a países con gran población y ubicados en lugares muy turísticos gracias a sus playas, por lo que ese turismo no es precisamente de origen cultural.

Mucho me temo que esta lista perdurará en el tiempo, a pesar de no contar con la aprobación de la Unesco. Sólo hay que ir a visitar cualquiera de los lugares elegidos para comprobar in situ el hincapié que hacen en reseñar que forman parte de la selecta lista de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Entiendo que las votaciones hacen de la lista que se pueda vender como algo consensuado por la población, pero creo que determinados asuntos hay que dejarlo en mano de expertos no condicionados y cuya imparcialidad esté fuera de toda duda. Éste debería ser uno de ellos.


martes, 22 de julio de 2014

LOS RANGOS MILITARES

Jesús y su hermano Tito hicieron el servicio militar en la base de Villanubla (Valladolid) en la época en la que estaba estudiando en la Universidad. Por ese motivo coincidíamos más a menudo, ya que Villanubla dista poco más de diez kilómetros de Valladolid.

Con motivo de la jura de bandera de ambos, asistimos los cinco compañeros del piso, (Marcos, Chopo, Tomás, Toño y yo), junto con Paloma y Antonio. No era precisamente un acto por el que mostrásemos empatía, pero la gran amistad que nos unía a Jesús y su hermano hizo que no pusiésemos en duda el asistir al acto, debido a la ilusión que nos mostraron ambos a que les acompañásemos. Incluso Jesús nos dejó el coche para facilitarnos la asistencia al acto.

Para mí era la primera vez, (y única hasta ahora), en la que entraba a unas instalaciones militares. Recuerdo percibir un ambiente bastante hostil, no sólo para mí pues también Marcos me comentó algo parecido al respecto. Ambos lo veíamos como algo muy lejano para nosotros, pues aunque todos los que les acompañamos estábamos solicitando prórrogas por estudios para aplazar la incorporación al servicio militar, ya nos habíamos declarado objetores de conciencia, a excepción de Toño, que acabó realizándolo por convicciones personales.

Jesús no era el primero de mis amigos que realizaba el servicio militar. Fernan ya la había realizado en Badajoz y Rule en Burgos, al igual que Rafa y su primo Javi.

El caso es que durante todo el acto, una de las cosas que más nos llamó la atención eran los distintos distintivos y condecoraciones que llevaban unos y otros, aparte de la ya conocida pleitesía y el comportamiento reverencial que tienen los distintos rangos militares sobre sus superiores, algo que hizo que me interesara por el escalafón militar en función del rango y que Toño me explicó detalladamente.

El rango militar más bajo del ejército es el de soldado, que se corresponde con la nomenclatura OR-1 establecida por la OTAN. A este rango le siguen el de soldado de primera, (OR-2, que es más una distinción que una graduación militar), cabo (OR-3, que suele ser jefe de escuadra, es decir, una unidad de tres o cuatro soldados), cabo primero (OR-4, que suele ser jefe de pelotón, que es una unidad formada por varias escuadras) y cabo mayor (OR-5, que pasan a depender directamente de un oficial). Todos estos rangos corresponden a la tropa.

Por encima de la tropa se sitúan los suboficiales: Sargento (OR-6), sargento primero (OR-7), todos ellos coordinados por el sargento mayor, brigada (OR-8), subteniente (OR-9) y suboficial mayor (OR-10). Todos ellos tienen funciones de instrucción, adiestramiento, coordinación y supervisión de los efectivos subordinados a su cargo.


Los siguientes rangos militares se corresponden con los oficiales. Tienen como tarea guiar, dar las órdenes e instruir al personal de base o tropa y adquieren dicho rango al finalizar sus estudios en las respectivas Escuelas de Oficiales de cada país o al ascender por antigüedad o por méritos. El escalafón más bajo de los oficiales es el de alférez (OF-0), que en España sólo tiene carácter académico, es decir, tienen rango de alférez aquellos que están cursando los tres últimos cursos de la Academia de Oficiales, pues mientras se está en los dos primeros cursos se les denomina Cadetes. Una vez terminados los estudios, se pasaría a ser Teniente (OF-1) y a dirigir una sección, (unidad militar formada por tres o cuatro pelotones). Los siguientes rangos de oficiales son el de capitán (OF-2) que es quien dirige una compañía, (tres o cuatro secciones), comandante (OF-3) que dirige varias compañías,  teniente coronel (OF-4) que dirige un batallón (cuatro compañías) y coronel (OF-5) que es quien suele ejercer el mando en cuarteles y bases militares.

A partir de aquí están los generales. El de más bajo rango es el general de brigada (OF-6 o general de una estrella), que tiene bajo su mando un regimiento o brigada, (agrupa a tres batallones), habiendo actualmente unos 52 generales de brigada dentro del ejército de tierra. El general de división, (OF-7 o general de dos estrellas), tiene bajo su mando una división, (unidad militar formada por entre dos y cuatro brigadas o regimientos), contabilizando actualmente unos 18 en todo el país dentro del ejército de tierra. El teniente general, (OF-8 o general de tres estrellas), tiene bajo su mando un cuerpo de ejército, (formado por dos divisiones y otras unidades menores), habiendo ocho en todo el país en el ejército de tierra. El general del ejército, (OF-9 o general de cuatro estrellas), tiene bajo su mando a todo el ejército, (formado por entre diez y doce divisiones), habiendo sólo uno en cada uno de los tres ejércitos (tierra, aire y armada), y representando a su vez al Jefe de Estado Mayor del respectivo ejército. El último escalafón es el de capitán general, (OF-10 o general de cinco estrellas), que es quien dirige a todas las Fuerzas Armadas, habiendo sólo uno en España que es el rey. Curiosamente el más alto mando del ejército español es un puesto hereditario, con lo que deja muy a las claras como se pueden gestionar los distintos ascensos de rango dentro de la carrera militar.










Lo que Toño no supo explicarnos es lo de las condecoraciones, pues nos costaba mucho comprender la cantidad de condecoraciones que llevaban algunos de los militares estando en tiempos de paz. Recuerdo lo que comenté de forma sarcástica e irónica acerca de una de las condecoraciones que llevaba uno de ellos: “Pues esa tiene que ser por sacar a pasear al perro”. La verdad es que ese comentario irritó a Toño profundamente, más aún cuando el resto de los que allí estábamos comenzaron a reírse a carcajada limpia.


martes, 8 de julio de 2014

LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA

Cuando comencé a realizar el proyecto fin de carrera dejé de solicitar las prórrogas para la realización de la prestación social sustitutoria al servicio militar, pues me había declarado objetor de conciencia. Así, en Junio, me concedieron destino en el Ayuntamiento de Valladolid, para realizar mi prestación como personal de apoyo en un centro de integración de personas que habían padecido cuadros de adición. En un principio, la duración de la prestación debía ser de trece meses, aunque ya estaba en trámite la equiparación de la duración de la prestación social sustitutoria a la del servicio militar, por lo que sabía de antemano que mi prestación iba a durar nueve meses. Posteriormente, cuando acabé el proyecto, solicité el traslado a mi ciudad natal, Aranda, donde continué mi prestación en la U.S.O., sindicato que por aquel entonces utilizaba a dos objetores como ayudantes de la secretaria, algo que yo consideraba bastante cuestionable éticamente, ya que las tareas que desempeñábamos ambos eran propias de un puesto de trabajo.

Evidentemente, aunque cuando rellené la declaración de objetor de conciencia marqué casi todas las casillas, (a excepción de los motivos religiosos), mi objeción se debía a motivos éticos y a mi desarrollado anti-militarismo. Por aquel entonces había una enorme puesta en duda sobre la utilidad del servicio militar y, por ende, de la prestación social sustitutoria. Por un lado se abogaba por la continuidad del sistema, pues según ciertas corrientes ideológicas muy cercanas a la mía equiparaban las clases sociales, ya que todos estaban obligados a realizar el servicio militar, independientemente de la clase social a la que se pertenecía, a la vez que suponía un ahorro en gastos militares, ya que la retribución de los soldados de reemplazo era irrisoria. Por el otro, se reclamaba un ejército totalmente profesional, algo que según esas mismas corrientes ideológicas veían como nutrir al ejército principalmente de las clases populares, pero que libraba a los civiles de “tener que perder nueve meses de su vida” en realizar unos servicios considerados como inútiles. Además, en el caso de los objetores de conciencia, una gran mayoría de ellos estaban realizando tareas propias de un servicio profesional, por lo que se estaban cubriendo puestos de trabajo con esas prestaciones sociales. A eso había que añadir el que en los últimos años de por entonces, el número de objetores era superior al de aquellos que realizaban el servicio militar, por lo que el ejército debía incorporar soldados profesionales para paliar la carencia de soldados de reemplazo.

El caso es que poco más de dos años después de realizar mi prestación social sustitutoria, afortunadamente, el servicio militar pasó a la historia, así como la prestación social sustitutoria, por lo que fui uno de los últimos prestatarios de servicios sociales obligatorios de este país. Para mí, como para la gran mayoría de todo aquel que ha realizado tanto el servicio militar como la prestación social sustitutoria, aquello se trataba de un absurdo. En mi caso, tuve que estar cinco meses, sin poder incorporarme al mercado laboral, debido a que tenía que terminar la prestación social, (el resto lo pude compatibilizar con mis estudios). En la mayoría de todos los demás casos que conozco, ha sido un año el que han perdido, para saldar “una deuda con el Estado”. Como si pagar impuestos no fuera ya de por sí un deber más que suficiente.

El servicio militar fue abolido en España en 2001, aunque sigue estando vigente en una gran mayoría de los estados del mundo. Se trata de un absurdo que enseña a matar, a estar preparado para combatir, a dar tu vida por tu patria y a acatar la disciplina militar, aquella que obliga a la reverencia de los mandos superiores y a tener que acatar todas sus órdenes, sean de la naturaleza que sean, todo ello en nombre de la defensa nacional.

En España, la prestación social sustitutoria al servicio militar nació como consecuencia de la Ley de Objeción de Conciencia, redactada en 1985, aunque no fue llevada a la práctica hasta 1988 debido a la presentación de varios recursos por inconstitucionalidad. Por aquel entonces existían en España cerca de 22.000 objetores de conciencia, que se podían enfrentar a penas de cárcel de dos años, cuatro meses y un día por negarse a realizar el servicio militar, ya que no tenían en la prestación de servicios sociales una alternativa.

Dicha Ley de Objeción de Conciencia nació con muchas deficiencias y con una flagrante falta de medios. El primer año de existencia de la ley, las plazas ofertadas para realizar la prestación social sustitutoria apenas llegaba a las 500. Eso unido al gran número de objetores existentes, forzaron al Gobierno del momento a pasar a la reserva en “incorporación aplazada” a aquellos 22.000 objetores de conciencia, lo que acabó siendo una amnistía encubierta.

Posteriormente, con la Ley de Objeción de Conciencia ya en marcha es cuando comenzaron a aparecer los primeros insumisos, aquellos que o bien se negaban a realizar el servicio militar sin declararse objetores de conciencia o bien se negaban a realizar la prestación social sustitutoria. La forma de gestionar aquellos casos por parte de la justicia fue muy arbitraria. Recuerdo casos de gente a la que no se le citó y casos de otros que fueron juzgados y condenados, teniendo que pasar por prisión, a pesar de que Amnistía Internacional los consideró presos de conciencia. En 2002, con la supresión del servicio militar obligatorio, hubo que reformar el Código Penal y el Código Penal Militar para eliminar los delitos relacionados con la insumisión. Eso supuso la amnistía para cerca de cuatro mil insumisos procesados, de los cerca de diez mil estimados que hubo a lo largo de la década de los noventa.

Este tema, el de la insumisión y el anti-militarismo, era muy recurrente entre los grupos musicales que yo oía y, evidentemente, era uno de los pilares ideológicos de gran parte de mi cuadrilla. Recuerdo todavía temas de Reincidentes, Celtas Cortos, La Polla Records, Eskorbuto, El Último Ke Zierre, Ska-P, Soziedad Alkoholika, R.I.P., Los Muertos de Cristo, Guerrilla Urbana,  Kojón Prieto y los Huajolotes, Piperrak, Síndrome de Abstinencia... Temas ahora que parecen obsoletos pero que siguen estando de actualidad ya que aún hay estados que mantienen el servicio militar como obligatorio y que preparan su maquinaria de guerra en el nombre de la seguridad y la defensa nacional. Maquinaria a la que hay que dar utilidad pues las inversiones realizadas en esta materia son enormes en la gran mayoría de los estados. Además, en todas las guerras hay al menos un estado atacante y guerras siguen habiendo. Igual si por ley a la gente no le enseñasen a matar, (aunque sea en nombre de la defensa), no habría tanta mentalidad bélica y los conflictos entre países se podrían resolver de otras maneras.

O igual es que esa maquinaria de defensa no deja de ser una cortina de humo para tener una manera de controlar a la población ante una disconformidad general con la situación particular que pueda vivir cada Estado.