lunes, 12 de mayo de 2014

LA SINTONÍA RADIOFÓNICA

Cuando comenzamos nuestro periplo universitario, todos los que compartíamos piso, al irnos a la cama, por lo general, escuchábamos la radio hasta dormirnos, cada uno en su habitación. Por aquel entonces, el programa “El Larguero” de la Cadena Ser, dirigido por José Ramón de la Morena, estaba comenzando a hacer sombra a “Supergarcía en la Hora Cero” de Antena 3 Radio, el indiscutible líder durante los últimos años y dirigido por el gran José María García. Nosotros solíamos intercalar ambos programas, aunque preferíamos “El Larguero”. Era más divertido y dinámico ya que José María García, fiel a su peculiar estilo, se podía tirar días y días hablando del mismo tema, en función de sus últimas investigaciones.

Estando en nuestro segundo año universitario, “El Larguero” era nuestro preferido y lo lógico es que a las doce de la noche, en el piso se oyera la canción “Ra, ra, ra” del cantautor sevillano Benito Moreno que, por entonces, era la sintonía del programa y así lo ha sido durante unas dos décadas. Incluso el Chopo, que solía sacarse un dinerillo tocando la dulzaina por ciertos pueblos de Castilla próximos al suyo, nos solía tocar dicha sintonía, entre otras canciones, con las que nos acababa aburriendo, salvo cuando teníamos invitados en casa.

Curiosamente, cuando la Vuelta a España que se estaba disputando ese año hizo incursión en tierras castellanas, José Ramón de la Morena hizo alusión en su programa a que un colaborador suyo le tenía que tocar la sintonía del programa con la dulzaina.

Se dio la casualidad de que el 1 de Mayo en la Vuelta Ciclista a España se disputaba una cronoescalada con final en el puerto de Navacerrada, etapa idónea para ir a verla en directo. A pesar del dilema moral que nos suponía, pues el primero de Mayo lo reservábamos para asistir a la manifestación, nuestro amor al ciclismo acabó venciendo y decidimos finalmente acudir a presenciar la etapa en directo. Para ello, los cinco que por entonces compartíamos piso en la calle Imperial de Valladolid, (Marcos, Chopo, Tomás, Toño y yo), nos subimos a mi lastrado Renault 5, a las cinco de la mañana, provistos con una fiambrera llena de filetes empanados y un termo de café con leche que me fueron suministrando gradualmente para poder llevar a buen término la expedición rumbo a Navacerrada.

Una vez allí, disfrutamos de un precioso día de montaña y, ubicados a escasos doscientos metros de la línea de meta, pudimos presenciar durante unas cuatro horas el paso de todos y cada uno de los ciclistas que seguían en competición, disfrutando de un excelente día de ciclismo. Por cierto, aquella etapa la ganó Alex Zülle aunque al final fue Tony Rominger quien se acabó llevando la Vuelta.

Al finalizar la etapa nos acercamos a la meta donde, entre otras, estaba ubicada la unidad móvil de la Cadena Ser donde José Ramón de la Morena estaba hablando a través de un Motorola de los “de entonces” con los estudios centrales de su emisora.

Cuando José Ramón de la Morena terminó la conexión me acerqué a él para comentarle que mi amigo Chopo tocaba la dulzaina y que sabía tocar la sintonía de “El Larguero”, tal y como él había pedido en su programa. En cuanto se lo dije, con una sonrisa muy propia suya se acercó al Chopo para comprobarlo y, allí mismo, el Chopo le tocó la sintonía ante la algarabía de éste y de sus  colaboradores, citándonos en su hotel de Segovia para proceder a la grabación.

Así hicimos. Montamos los cinco en el coche y nos fuimos, puerto abajo, hasta el mismo centro de Segovia. Allí conocimos a gran parte del equipo de la cadena Ser, entre los que destacaba el ex ciclista Marino Lejarreta, y después de intercambiar algunas palabras con ellos, el Chopo grabó la sintonía con la simple ayuda de uno de los micrófonos que ellos utilizaban. Durante unos meses todas las noches estuvimos escuchando la dulzaina del Chopo en la sintonía de El Larguero, hasta que finalizó el Tour de Francia a finales de Julio, acompañada en ocasiones por algún chascarrillo que José Ramón de la Morena lanzaba a costa del tamboril, que había sido añadido por ellos y que decía ser tocado por alguno de sus técnicos y que nos servía para echarnos unas risas con el Chopo.

Al año siguiente, la etapa prólogo de la Vuelta a España fue una contrarreloj individual en Valladolid que recorría parte de la ciudad. Por entonces vivíamos en la céntrica Plaza Poniente y dicha etapa transcurría justo al lado de allí, por lo que fuimos a verla y nos ubicamos justo en la curva opuesta a donde vivíamos, a poco más de cien metros de nuestro portal.

Debido a ello, el programa “El Larguero” se emitió esa noche en directo desde Valladolid y los cinco del piso acudimos a presenciarlo. Al finalizar el programa, el Chopo se encontró con el gran Javier Mínguez, (en aquel momento ex director de los equipos BH y Amaya Seguros y que posteriormente también fue director del Vitalicio, además de ser el actual seleccionador nacional). Por aquel entonces Javier Mínguez era colaborador del programa y el Chopo le conocía por distintas estancias de éste en Arandilla, (pueblo del Chopo). En cuanto le vio le dijo que se tocara algo con la dulzaina, (que el Chopo solía llevar encima muy a menudo dentro de su funda de cuero), y se montó una pequeña fiesta improvisada. Evidentemente, en cuanto lo oyó José Ramón de la Morena se fue hacia el Chopo y se empezaron a preguntar el motivo por el que le conocía cada uno. Javier Mínguez desconocía que el Chopo grabó el año anterior la sintonía del programa con la dulzaina, aunque sí que le había visto tocar en su pueblo. El caso es que el Chopo fue invitado por la Ser a seguir en directo la siguiente etapa que partía de Valladolid y llegaba hasta Salamanca.

Al día siguiente, el Chopo vivió toda una jornada de ciclismo en vivo con el equipo de la Cadena Ser, participando en el programa de “El Larguero” de esa noche que se emitió desde Salamanca. José Ramón de la Morena le hizo algunas preguntas acercas de las distintas ocarinas que coleccionaba y acabó tocando en directo la sintonía del programa con la ocarina más pequeña que tenía y que solía llegar colgada de un cordelito a modo de cadena. En esa Vuelta a España volvió a sonar diariamente en el programa la sintonía que el propio Chopo había grabado un año antes con su dulzaina.

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